lunes, 14 de enero de 2019

El mundo se desliza a mis pies

Más de 10 años después de la aparición de su primer registro, La patrulla espacial cambió formación, sonido y estética. Si antes referían a sonidos del rock blusero y psicodélico de los '70, la mutación de la década los orienta hacía el hard rock de los '80, con huellas de una psicodelia menos densa, algún beat cercano al soul y detalles de arreglos atrevidos y sorprendentes.
En los 5 años que pasaron desde el lanzamiento de su anterior LP, algunos simples fueron dando la pista de este nuevo sonido, exhibiendo el proceso de elaboración que desembocaría en el nuevo material.

Foto: Manu Cascallar. Edición: Karina Saavedra. Diseño: Nais 138
El primer tema de Sobredosis es una breve intro con arreglos de cuerdas cortados por un riff que anticipa la entrada creciente y acelerada de la batería. "Que no pare" es un grito de aliento, una intención que se verá complementada de distintas maneras a lo largo de la siguiente media hora. Se despliegan ahí las guitarras rockeras, bien entrelazadas y en perfecta alternancia que con sus solos aportaran energía y melodía a las canciones. Pero también aparecen climas reflexivos que se replicarán a lo largo de los 9 tracks, apoyados en esos arreglos y (sobre todo) en las bases de bajo y batería.
La parte más visceral del disco encuentra su cúspide en el grito que da inicio a Nocturno. "Yo sólo quiero ser libre" es una declaración de principios que hereda y sintetiza lo que el rock and roll ha sido desde sus comienzos: un grito de libertad, básico, primitivo, incontenible. Un llamado de rebeldía que también funciona como marca identitaria en el tema que le da nombre al disco ("cuando no sale el sol escucho rock and roll y el mundo se desliza a mis pies") o que se trasluce en el deseo que expresa Trueno blanco: "solamente quiero respirar".
La otra vertiente igualmente rockera pero más reflexiva se anuncia en Alas de metal, que tras la exuberancia de las guitarras en una larga introducción deja en soledad a las bases para que la voz desgrane una breve letra, de manera pausada, planteando las posibilidades que abre la infinitud del tiempo: "quizá algún día nos volvamos a encontrar". En esa línea aparece también Corazón de fuego, que con características similares apunta: "tu dolor terminará, nada de esto es eterno", o Ecos de neón, donde se hace necesario convivir con la incertidumbre: "no sé, quizá, las cosas nos sorprenderán de nuevo".
El final también va en esa dirección. "Me voy a dejar llevar" propone Vértigo, el tema más largo del disco, entre guitarras psicodélicas y cierre de viola, violín y cello que invitan a pensar en un nuevo comienzo.

Foto: Martina Manuel
Ficha técnica:

La Patrulla Espacial - Sobredosis - Marzo 2017 - Catedral Discos 001
Werner Schneider: Bajo y Voz
Lucas Borthiry: Guitarra y Voz
Fernando Naón: Guitarra
Tulio Simeoni: Batería

Grabado por Emanuel Manso en estudios Rec y Xuperí.
Buenos Aires noviembre 2014 - octubre 2016.
Asistentes José Uguito Soto, Agustín Chino Bandiera, Imanol Julian Quintero Fraixede.
Cuerdas en 1, 4, 7, 8 y 9.
Violín, Viola: Federico Terranova.
Cello: Guido Wardak.
Coros en 4 y 7 Valeria Cini.
Mezclado por Emanuel Manso en Estudio Xuperí.
Masterizado en Carlos Laurenz Mastering por Carlos Laurenz.
Producido por Emanuel Manso y La Patrulla Espacial.

Arte de Tapa
Fotografía: Manuel Cascallar.
Edición: Karina Saavedra.
Diseño: Nais 138.
Arte: La Patrulla Espacial.
Producción: Flor Cordara.
Asistente: Fausto Papeti.
Obra: Notas de Luz (Gachi Hasper)

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